Por mucho que lo hagan los recursos humanos y los activos de capital, los procesos y sistemas organizacionales pueden ayudar a mejorar la ventaja competitiva.
Normalmente, un personal creativo puede liderar el desarrollo de un producto nuevo y atractivo con un retorno de la inversión potencialmente alto, por ejemplo. Mientras tanto, la adquisición de maquinaria adicional aumentará, en la mayoría de los casos, la productividad de una planta de fabricación.
Los procesos y sistemas son insumos comerciales que tienden a atraer menos atención en comparación con los administradores poderosos o los equipos de última generación.
Si bien están destinados a evolucionar dependiendo del entorno empresarial, los procesos y sistemas reflejan inevitablemente (o influyen) los valores fundamentales de una organización y pueden considerarse un aspecto importante de su cultura.
Un ejemplo es la merecida reputación de la ingeniería japonesa como una empresa de eficiencia inigualable.
Esta reputación no sólo se debe a siglos de magnífica artesanía individual de los artesanos japoneses. También surgió de esfuerzos corporativos conscientes para diseñar e implementar procesos de negocios que reflejen esta tradición. Como resultado, filosofías de trabajo como la ahora popular y emulada globalmente kaizen, llegó a caracterizar a muchas empresas japonesas, de modo que ya no sorprende que los trabajadores japoneses se encuentren entre los más eficientes del mundo.
Cada vez más, las empresas globales se han centrado cada vez más en la adaptación, el desarrollo o la modificación de sistemas y procesos en función del clima industrial.
Por ejemplo, el asombroso número de aplicaciones móviles competidoras obliga a muchas empresas de desarrollo de software a adoptar estrategias vertiginosas de comercialización con el fin de captar una amplia proporción de consumidores móviles. Esto puede resultar en una mayor adopción de modelos de desarrollo y procesos de negocios que impulsen a las empresas a diseñar, desarrollar e implementar productos y servicios en mucho menos tiempo del que históricamente se hacía antes. De esto se derivan el sistema de gestión de proyectos AGILE y las estrategias de gestión Six Sigma.
En la búsqueda de formas de ofrecer mejores productos a un ritmo más rápido y a menor costo, cada vez más organizaciones han comenzado a modificar sus sistemas y procesos comerciales.
De hecho, las organizaciones inteligentes ya han incorporado a su estrategia corporativa el desarrollo de sistemas de gestión empresarial adecuados. Como resultado de este cambio, las empresas con visión de futuro ahora complementan su búsqueda de talento excelente con la implementación de sistemas comerciales que promueven la productividad y la innovación en todos los ámbitos.
La gestión de procesos de negocio puede implicar la personalización, automatización y seguimiento del sistema de negocio implementado.
En realidad, sin embargo, la mejora de aspectos del ciclo económico puede resultar difícil de lograr. Algunas empresas hacen esto identificando los aspectos específicos que necesitan una revisión inmediata y parten de estos puntos de enfoque. De esta manera, se puede establecer y gestionar un proceso empresarial en continua evolución (y mejora) hasta que la excelencia colectiva se convierta en una cultura permeable.